Tintas. Hasta el absurdo.
Bitacora del Navegante. Tintas.
Entre Ella y yo hay un corredor
tan estrecho
que doy en mis últimos pasos
huellas de un ser indecible, egoísta.
Escribo para llorar una muerte,
y no puedo.
La entierro en un desierto de arena,
en silencio;
la guardo con el dolor,
con lágrimas intactas,
con el recuerdo de su mirada
y de sus ojos amigos.
Si yo tanto la quería,
por qué no puedo llorar?
Se esconderá tu ausencia,
hasta que vuelva?
O éste yo soy yo, indiferente?
La esperanza de encontrarte
en un después,
y el Después mismo;
el Hoy que no es,
el Ayer,
son tantas cosas las que fui perdiendo.
Hasta el absurdo:
incluso hasta el absurdo.
Te escribo sin nombrarte,
desde este sueño horrible,
con las manos quietas
en un fusil gastado;
esperando las batallas
de una guerra que ya ganó la Muerte.
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