miércoles, octubre 06, 2004

Memoria: Canes


Mis canes... Duque (el muy tonto y comprador), Sorpresa (que ya no está conmigo) y los viejitos... Negra (toda una mujer independiente) y Kaisey (la que más tiempo me acompaña, y me aguanta, y la aguanto). Es lo que queda.
El primer recuerdo de perros que tengo es una imagen, de "Pucho", evasor y malevo, intentando subir a toda costa atrás mío y de mi mamá a un colectivo. No sé que fue de el, no recuerdo más... tendría.... 5 años?
Colita fue una perrita de mi abuela, que me dejó en custodia una vez que se fue de viaje. Ella adoraba a esa perra, la llevaba en un bolso; pequeña, flaca y negrita, sin cola. Abriendo la puerta de calle se me escapó, y en la carrera la atropelló un auto. No duró mucho, y aunque lo siento, por suerte ahí se agota mi memoria.
De mi viejo, la Loba, toda una perra. Viajábamos a San Isidro los sábados, y domingo a la noche era infaltable que nos siguiera cuadras y cuadras corriendo atrás de la camioneta.
De mis primas, Max, ovejero alemán grandote y ruidoso (perro que ladra...).
De Susana, Jessie y su hijito Jack, que hoy tiene Paula. Los dos están mal de salud...
Kaisey fue mi primer perro... se lo regalaron a Susana y ella nos la "cedió gentilmente" a nosotros (Cristina y yo). Estaba cocinando milanesas, y la muy desesperada (muy pobremente desesperada) saltó y me arrebató una, en el trayecto mínimo que hay de un plato a la sartén... talento natural, que le dicen. Vivíamos en Congreso, y cuando llegaba se hacía pis de contenta... Sábados y domingos: infaltable su guardia en la puerta de entrada, a las 9 de la mañana, esperando (y ladrando por) su tradicional paseo. Durmió a mi lado muchas noches, arrugó la cama de mi abuela en venganza por una reprimenda.
Ya en San Isidro, me dio a Duque, la ternura con pelos, y a muchos más que hoy ladrarán tristes o contentos en familias ajenas.
De la última camada, sólo tres alcanzaron la vida, de seis que lo intentaron: Sorpresa (entré a mi casa y en mi cama... Kaisey y ella...!), Rioja y Tiépolo.
Sorpresa ahora se llama Pancha Sorpresa, y vive con el papá de Carolina. Es la única con la cola cortada (además de Kaisey) porque va a ser entrenada para la caza.
Tiépolo se fue con Marcelo (se eligieron mutuamente) y Rioja con su hermano, Sebastián. Va a ser raro verlos crecer, y no tenerlos conmigo.
La Negra es la Negra. Es ella. Cuando quiere hace lo que le "pido". Es difícil que no se escape y me siga cuando voy por el barrio. Ella lo conoce mejor que yo, igualmente: hace sus escapadas.
Fue compañera de Dalma, perrita de Sebastián y su familia, que alternaba entre ambos hogares hasta que murió.
Con Negra, Duque y Kaisey paseamos cada tanto por el bosque alegre (ahí se me perdieron una parejita, que luego supe fue encontrada por una mujer que los cuidaba bien). Y vemos el horizonte, pegado al río.
Negra es una solterona con modales, se moja los "pies", a lo sumo un chapuzón... y se recuesta a dominar el panorama, siempre atenta a mis movimientos. Duque y Kaisey son atrevidos y les gusta nadar y curiosear en el agua. Duque nos acompañó nadando a Juan y a mí unas 10 cuadras río adentro...hasta el canal. Y que no vea un pato, una boya, o cualquier cosa flotando eh... ! que puede perseguirlos hasta el Uruguay.
Este repertorio canino es, mas o menos, el que conservo hasta hoy. El de mis memorias..., y el que me espera en casa, para saltarme encima de alegría.
Cave canem!
... Posted by Hello