jueves, octubre 20, 2005

Descontexto. Ser y Hacer.

Bitácora del Navegante. Descontexto.


"...Hay en Dante, como en toda su época, un inestimable dualismo. Dante es, por una parte, el hombre que ha mirado mejor las formas de las cosas. Sus sentidos, prontos y perspicaces, estaban magníficamente abiertos sobre el mundo, y de su persona brotaba un gigantesco apetito de vida. No era un espectro; dondequiera que iba -movía lo que tocaba-.
Si escapa al trasmundo de las postrimerías, es para hacer de él una localidad inmejorable, desde la cual contemplar el gran torrente dramático de este nuestro mundo. Al pasar la fontera de ultratumba se lleva íntegro su equipaje de pasiones terrenas, y en sus versos trascendentes se las oye silbar, como vendavales. La Divina Comedia es, ante todo, un libro de memorias.
Pero al lado de este terrenal entusiasmo, y sin acuerdo con él, triunfa en Dante el goticismo, con su alma de flecha ultrarreal, con su embriaguez de lo abstruso y su afán de fuga. Hay además en nuestro poeta un comienzo de la propensión racionalista que va a imperar en el Renacimiento, y luego en toda la modernidad. De este racionalismo, que aspira a sustituir la vida por la idea, nos vamos ahora curando. Su tiempo, en cambio, vivía inclinado hacia todas las alucinaciones. Es la edad en que se busca el Santo Grial y se da cima a aquella heroica fantasmagonía de las Cruzadas. La famosa de los niños no hace entrever cierto fondo de perversión, de insalubridad en las imaginaciones. Se vive en la magia de Artus y de Merlín.
Yo pido, señora, que organicemos una nueva salud, y ésta es imposible si el cuerpo no sirve de contrapeso al alma. Una vez descubierta, la vida del alma es demasiado fácil, porque es imaginaria. Decía Nietzsche -que es mu fácil pensar las cosas, ero muy difícil serlas-. El cuerpo significa un imperativo de realización que se presenta al espíritu Yo diría más. el cuerpo es la realidad del espíritu. Sin los gestos de usted, señora, no sabría nada del dorado misterio que es su alma.
Se ha partido de una falsa abstracción, se ha disociado arbitrariamente el cuerpo del espíritu, como si ambos fuesen separables. Pero el cuerpo vivo no es como el mineral: pura materia. El cuerpo vivo es carne, y la carne es sensibilidad y expresión. Una mano, una mejilla, un belfo dicen siempre algo; son esencialmente ademanes, cápsulas de espíritu, exteriorización de esta esencial intimidad que llamamos psique. La corporeidad, señora, es santa porque tiene una misión trascendente: simbolizar el espíritu.
Por qué desdeñar lo terreno? El propio asceta Pedro Damián no se olvida en el Paraíso del aceite cuaresmal con que había ganado el cielo:
Quivi
al servigio di Dio mi fei si fermo,
che pur con cibi di liquor di ullivi
lievemente passaba caldi e geli
contento dei pensier contemplativi.
Lo cierto es que los inquilinos del otro mundo se agolpan presurosos, como insectos a la luz, en torno de Dante, a fin de beber en él un poco de vida y se atropellan para preguntarle noticias de la tierra.
Nos urge, señora, oír de nuevo su inspiración sobre estos grandes temas. Estamos en una hora de universal crepúsculo. Todo un orbe desciende moribundo, rodeado por la espléndida fiesta de su agonía. Ya roza el disco incendiado la fría linea verde de su inquieto sepulcro. aún queda un resto de claror...
Lo sol sen va e vien la sera:
non v'arrestate ma studiate el passo,
mentre que l'occidente non s'annera.
(Purg. XVII)
(El sol se va y llega la noche:
no os detengáis, sino descubrid la salida
en tanto que el occidente no se ennegrece.)"

Del Epílogo al libro "De Francesca a Beatrice"