miércoles, agosto 17, 2005

Honores. San Martín.

Bitácora del Navegante. Honores.

Es el "Libertador", el "Padre de la Patria".
Su vida estuvo consagrada a la Nación, a la Patria Grande Americana.
Sus anécdotas militares, su hazaña andina, su valor, es bien recordado.
Pero muchas veces, se nos escapa el hecho de que, al mismo tiempo, El Libertador fue también José, el esposo de la joven Remedios, el papá de Merceditas.
Descubrí sus "Máximas para Merceditas" en un cuadro de la sala principal de la Biblioteca Juvenil Martín del Barco Centenera.
No imaginaba que Aquél, el Héroe, tenía una vida mortal.
El Gran Hombre. Y el hombre.

...San Martín destinó la mayor parte de sus ingresos a la educación de su hija. Pero no solamente le dedicó dinero, sino también tiempo y pensamientos. Para mejor forma, a Mercedes redactó en 1825 las célebres doce máximas, esas que él tendrá como objetivos y cuya lectura recurrirá con frecuencia para hacerlas realidad. En carta a Tomás de Guido le dice: "Cada día me felicito más de mi determinación de haber conducido mi chiquilla a Europa y arrancarla de al lado de doña Tomasa. Esta amable señora, con el excesivo cariño que le tenía, me la había resabiado -como dicen los paisanos- en términos que era un diablotín. La mutación que se ha operado en ella es tan marcada como la que ha experimentado su figura. El inglés y el francés le son tan familiares como su propio idioma, y su adelanto en el dibujo y la música son sorprendentes. Usted me dirá que un padre es un juez muy parcial para dar su opinión. Sin embargo, mis observaciones son hechas con todo el desprendimiento de un extraño, porque conozco que de un juicio equivocado depende el mal éxito de su educación". En 1831 San Martín y su hija se instalaron a vivir a dos leguas y media de París en una casa de campo.
En esa casa Mercedes conoció a su futuro esposo, Mariano Balcarce, hijo del vencedor de Suipacha. El encuentro derivó en noviazgo. El 7 de diciembre de 1831 el héroe escribía a Dominga Buchardo de Balcarce, madre de Mariano: "Antes del nacimiento de mi Mercedes, mis votos eran que fuese varón. Contrariado en mis deseos, mis esperanzas se dirigieron a que algún día se uniese a un americano, hombre de bien, si fuera posible, que fuese hijo de un militar que hubiese rendido servicios señalados a la independencia de nuestra Patria. Dios ha escuchado mis votos, no sólo encontrado reunidas estas cualidades en su virtuoso hijo don Mariano, sino también coincidir en serlo de un amigo y compañero de armas. Si como espero, este enlace es de aprobación de usted, sería para mí la más completa satisfacción. La educación que Mercedes ha recibido bajo mi vista, no ha tenido por objeto lo que se dice formar de ella una dama de gran tono, pero sí el de hacer de ella una tierna madre y una buena esposa. Con esta base y las condiciones que adornan al hijo de usted, podemos comprometernos a que estos jóvenes sean felices, que es lo que aspiro". Casada Mercedes con Mariano Balcarce, vivió el libertador con ellos en Gran Bourg, donde Balcarce atendía sus funciones diplomáticas. La vida de San Martín se iba alejando, y sin perjuicio de su ancianidad atendía la conservación de sus armas, escribía, leía y concedía audiencias.
En sus últimos tiempos escribió: "Aunque es verdad que todos mis anhelos no han tenido otro objeto que el bien de mi hija amada, debo confesar que la honrada conducta de ésta y el constante cariño y esmero que siempre me ha manifestado, recompensa con usura todos mis esmeros haciendo mi vejez feliz"...


Máximas para Merceditas.

1. Humanizar el carácter y hacerlo sensible aun con los insectos que nos perjudican. Stern ha dicho a una mosca abriéndole una ventana para que saliese: "Anda, pobre animal, el mundo es demasiado grande para nosotros dos".

2. Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira.

3. Inspirarle gran confianza y amistad, pero uniendo el respeto.

4. Estimular en Mercedes la caridad con los pobres.

5. Respeto sobre la propiedad ajena.

6. Acostumbrarla a guardar un secreto.

7. Inspirarle sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones.

8. Dulzura con los criados, pobres y viejos.

9. Que hable poco y lo preciso.

10. Acostumbrarla a estar formal en la mesa.

11. Amor al aseo y desprecio al lujo.

12. Inspirarle amor por la Patria y por la libertad.



Salúd!