lunes, mayo 23, 2005

Pensares. El otro.

Bitácora del Navegante. Pensares.

Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo
Thus my life is a flight and I lose everything
y todo es del olvido, o del otro.
and everything belongs to oblivion, or to him.
Borges and I, J. L. Borges.
Hoy tuve un dolor de muelas, un duro dolor.
De esos que no se sabe el origen, que no se puede palpar el lugar exacto –como para extirparlo- .
Un dolor fantasma, pero a la vez el más real y vívido dolor sentido.
No un dolor de extrañar, no un dolor lírico, literario, metafórico.
Un señor dolor, un dolor cabrón.
Cuando esto escribo, el dolor no existe.
No sé si fueron los químicos, o haberle restado importancia (acabo de ver Star Wars – Episode III).
Hoy quería recordar a mi viejo, mi papá, y a mi padre. Me ayudó bastante en estos días, de distintas formas. (Gracias. Sabés que sé que estás conmigo.)
Me tiembla la mano derecha.
Tengo los ojos húmedos y las mejillas ardiendo.
Así que soy incapaz de escribir otra cosa que esto, una descripción. No puedo reflexionar –tampoco quiero hacerlo ahora-, pero al mismo tiempo, siento al universo dando vueltas por ahí.
Siento que hay una lucha más allá de las naves, en el agua o en el cielo.
Hay una lucha por o contra el sentido de vivir.
Y que la primer batalla, es por estar al lado de los que amo, de los que quiero, de los que me interesan.
Y en la última pelea, está la soledad.
La soledad real que desmenuza la carne como un dolor de muelas.
Y la soledad eterna, invisible, que amenaza en el mejor de los escondites: justo en la realidad, detrás del polvo.
Ninguna certeza habrá jamás, sobre si estás ahí.
Pero mientras yo esté, estás conmigo.
A veces con alegría, a veces con paz;
muchas con dudas, a veces flaqueando ánimos.
Uno con otros, o uno con uno.
Pero siempre dando pelea.
Destrozando la soledad.

* * *

La luna ignora que es tranquila y clara
Y ni siquiera sabe que es la luna;
La arena, que es la arena. No habrá una
Cosa que sepa que su forma es rara.

Las piezas de marfil son tan ajenas
Al abstracto ajedrez como la mano
Que las rige. Quizá el destino humano
De breves dichas y de largas penas

Es instrumento de otro. Lo ignoramos;
Darle nombre de Dios no nos ayuda.
Vanos también son el temor, la duda

Y la trunca plegaria que iniciamos.
¿Qué arco habrá arrojado esta saeta
que soy? ¿Qué cumbre puede ser la meta?

De que nada se sabe, J. L. Borges.





Sola yo, amor,
y vos quién sabe dónde;
tu recuerdo me mece como al maíz el viento
y te traigo en el tiempo,
recorro los caminos,
me río a carcajadas
y somos los dos juntos
otra vez,
junto al agua.
Y somos los dos juntos
otra vez,bajo el cielo estrellado
en el monte, de noche.
Yo, amor, he aprendido a coser con tu nombre,
voy juntando mis días, mis minutos, mis horas
con tu hilo de letras.
Me he vuelto alfarera
y he creado vasijas para guardar momentos.
Me he soltado en tormenta
y trueno y lloro de rabia por no tenerte cerca,
en viento me he cambiado,
en brisa, en agua fresca
y azoto, mojo, salto
buscándote en el tiempo
de un futuro que tiene
la fuerza de tu fuerza.

Te busco…, Gioconda Belli

“Nada se edifica sobre la piedra,
todo sobre la arena,
pero nuestro deber es edificar
como si fuera piedra la arena”.