miércoles, mayo 25, 2005

Honores. Palabras que matan, o mueren.

Bitácora del Navegante. Honores.


"Rara felicidad de estos tiempos
Rara temporum felicitate
en que se puede pensar lo que se quiera
ubi sentire quae velis
y se puede decir lo que se siente.
et quae sentias dicere licet."


El 25 de mayo es como una estaca clavada en el velo del tiempo, en una tela corrediza e inasible, que es un proceso y no una suma de días.
El 25 de mayo es el recuerdo, es como un cumpleaños de la Nación: un cumpleaños de 15 de un pueblo nuevo.
En todos lados hoy en Argentina reina el color celeste y blanco: pero hace 195 años, en el corazón de muchos de los protagonistas de estos sucesos, imperaba un negro de luto.
Una de las víctimas fue de mi amado Mariano Moreno.
Pero hoy no escribo sobre él: hoy recuerdo sus entornos, sus afueras (y sus adentros, porque formaban una sola carne).
Hoy, haciendo gala de la frase "Detrás de cada gran hombre..." recuerdo a su mujer.
Hoy brindo por Doña María Guadalupe Cuenca, viuda de Mariano Moreno, viuda de la Revolución, madre de nuestra Nación, autora de estas cartas cuyas palabras matan y mueren...

Bs.As., 14 de marzo de 1811.
"Mi querido y estimado dueño de mi corazon me alegrare qe lo pases bien y qe al recivo de esta estés yá en tu gran casa con comodidad y qe Dios te dé acierto en tus empresas; tu hijo y toda tu familia quéda bueno pero yo con muchas fluctuaciones y el dolor en las costillas qe no se me quita y cada vez va a más; estoy en cura, me asiste Argerich, se me aumentan mis males al verme sin vos y de pensar morirme sin verte y sin tu amable compania, todo me fastidia, todo me entristece, las bromas de Micaela me enternecen pr qe tengo el corazón más pa llorar qe pa reír, y asi mi querido Moreno, si no te perjudicas procura benirte lo más pronto qe puedas ó si no aseme llevar pr qe sin vos no puedo vivir, la casa me parese sin gente..."


María Guadalupe Cuenca , esposa fiel de Mariano Moreno, paladín de la independencia argentina. Nació en Chuquisaca (actual Bolivia) en 1790 y allí conoció a Moreno, que cursaba abogacía y teología en la Universidad local. Una miniatura exhibida en la vidriera de un platero llamó su atención y se informó sobre el modelo. Enamorado de la niña de catorce años, se casó el 20 de mayo de 1804. Al año siguiente llegaron a Buenos Aires, con un hijo de ocho meses. Moreno debió embarcarse para Europa el 25 de enero de 1811 y comenzó entonces una correspondencia, por parte de Guadalupe, que duro varios meses. Estas cartas tienen la dolorosa particularidad: no llegaron a manos de Moreno, pues la primera, fechada el 14 de marzo, fue escrita diez días después de la muerte de mariano en alta mar. Se calcula que ella recibió en agosto la carta del hermano de Moreno, Manuel, desde Londres anunciando el fallecimiento de Mariano Moreno. Acosada por las privaciones, solicitó al gobierno una pensión, que le fue concedida. El hijo siguió la carrera militar y se alejó del país en la época de Rosas, regresando con Guadalupe, que falleció en Buenos Aires el 1º de septiembre de 1854.



Buenos Aires, julio 29 de 1811.
"Mi amado Moreno, dueño de mi corazón: me alegraré que estés bueno, gordo, buen mozo, y divertido, pero no con ninguna mujer, porque entonces ya no tendré yo el lugar que debo tener en tu corazón por tantos motivos; con fecha de 26 de éste te escribo, pero con todo lo vuelvo a hacer por no perder ocasión de darte el gusto de saber de tu familia, y tener yo el consuelo de escribirte ya que no te veo; me parece que ya con ésta llevo escritas trece o catorce cartas,..." "...Todo esto te aviso para tu consuelo y que sepas que no me han dejado, pero nada es capaz de distraerme un punto de vos, en vos solo, después de Dios, está todo mi pensamiento, sola la esperanza y los deseos de volverte a ver me tienen viva, si me amas de veras, por vos mismo puedes sacar lo que cuesta esta nuestra separación, y si no te parece mal que te diga, que me es más sensible a mi que a vos, porque siempre he conocido que yo te amo más, que vos a mi, perdóname, mi querido Moreno, si te ofendo con esta palabra, no tengo más que decirte, recibe memoria de todas, y dáselas a Manuel; tu hijo está estudiando a ayudar misa, procura que nos veamos pero me parece que aquí no puede ser, porque cada día va peor, hazme llevar; adiós, mi Moreno, no te olvides de mi, tu mujer
María Guadalupe Moreno."
"¡Viva mi patria aunque yo perezca!".
Ultimas palabras que se atribuyen a Mariano Moreno

"Hacía falta tanta agua para apagar tanto fuego"
Cornelio Saavedra, sobre la muerte en el mar de su "adversario".
A Doña María... Salúd!