lunes, febrero 07, 2005

Pensares. La Tempestad.

Bitácora del Navegante. Pensares.

El cielo anuncia tu llegada inexorable... no hay donde correr. Telarañas de hojas consumidas, que te asfixian. Telarañas de libros, del único libro, de tu vida.

Schopenhauer escribió que la vida y los sueños
eran hojas de un mismo libro,
y que leerlas en orden es vivir; hojearlas, soñar
Borges (Otras inquisiciones)

*

Nel suo profondo vidi che s' interna,
legato con amore in un volume,
cio che per l'universo si squadema:
sustanze e accidenti e lor costume
quasi conflati insieme, par tal modo
che cio ch'i' dico è un semplice lume.
*
En lo profundo vi interiorizarse,
reunido por el amor en un solo volumen,
lo que está disperso en hojas a través del universo:
las substancias, los accidentes y sus vestiduras
como si estuvieran fundidos de tal modo
que lo que de ello digo no es más que un reflejo.
traducción inglesa y comentario de C.S. Singleton, Princeton, 1975, pág. 377
*

¿Quién menoscaba mis bienes?
Desdenes.
Y ¿quién aumenta mis duelos?
Los celos.
Y ¿quién prueba mi paciencia?
Ausencia.
De ese modo, en mi dolencia
ningún remedio se alcanza,
pues me matan la esperanza
desdenes, celos y ausencia.
¿Quién me causa este dolor?
Amor.
Y ¿quién mi gloria repugna?
Fortuna.
Y ¿quién consiente en mi duelo?
El cielo
De ese modo, yo recelo
morir deste mal estraño,
pues se aumentan en mi daño,
amor, fortuna y el cielo.
¿Quién mejorará mi suerte?
La muerte.
Y el bien de amor, ¿quién le alcanza?
Mudanza.
Y sus males, ¿quién los cura?
Locura.
De ese modo, no es cordura
querer curar la pasión
cuando los remedios son
muerte, mudanza y locura.
*
"En fin, me resolví en que poco amor, poco juicio, mucha ambición y deseos de grandezas hicieron que se olvidase de las palabras con que me había engañado, entretenido y sustentado en mis firmes esperanzas y honestos deseos. Con estas voces y con esta inquietud caminé lo que quedaba de aquella noche, y di al amanecer en una entrada destas sierras, por las cuales caminé otros tres días, sin senda ni camino alguno, hasta que vine a parar a unos prados, que no sé a qué mano destas montañas caen, y allí pregunté a unos ganaderos que hacia dónde era lo más áspero destas sierras. Dijéronme que hacia esta parte. Luego me encaminé a ella, con intención de acabar aquí la vida, y, en entrando por estas asperezas, del cansancio y de la hambre se cayó mi mula muerta, o, lo que yo más creo, por desechar de sí tan inútil carga como en mí llevaba. Yo quedé a pie, rendido de la naturaleza, traspasado de hambre, sin tener, ni pensar buscar, quien me socorriese."
Don Quijote de la Mancha, 1ª, XXVII, Cervantes.
*
"El desesperado es un enfermo de muerte. Más que en cualquier otro mal, se ataca aquí a la parte más noble del ser; pero el hombre no puede morir por ello. La muerte no es aquí un término interminable del mal, es aquí un término interminable. La muerte misma no puede salvarnos de ese mal, pues aquí el mal con su sufrimiento y... la muerte consisten en no poder morir. Allí se encuentra el estado de desesperación."
*
Y en el final, apenas poco más que un estertor: un grito.