sábado, diciembre 25, 2004

Parto a Bordo. Feliz Nacimiento.

Bitácora del Navegante. Parto a bordo.

Calma
Silencio en la nave.
Un llanto, un alumbramiento, un niño.
No es nada... es una Esperanza de Salvación.
Guía mi nave. Hincha mis velas. Aferra mis anclas.
Sin tí dar la vuelta al mundo no tiene sentido.
Bienvenido a bordo, Señor.

“Mis ojos han visto la salvación que preparaste para todos los pueblos (Lc 2,30-31)
Con nuestros deseos de una muy feliz Navidad y un buen año nuevo
abad Enrique y Comunidad del Monasterio Santa María de Los Toldos

(Me hago eco de los deseos e intenciones de los hermanos y el abad)


Feliz Navidad, Bienvenido Señor
NOCHE DE REGALOS

Hoy nos ha nacido un Salvador, que nos sonríe con: ¡rostro de Niño y corazón de Dios!
La Nochebuena es la noche de los niños y de los que han venido esperando su llegada con corazón de niños.
Es la noche de los que hemos venido preparando el pobre pesebre de nuestro corazón. No teniendo otra cosa que ofrecerle más que pasto. Por eso, es la noche de los pobres, que agradecen recibiendo la salvación; porque saben que la gloria de Dios es el pobre.
Es la noche de los que vigilan despiertos, porque no pueden dormir. De los niños de la calle, de los enfermos, de los presos, de los desesperados y de los marginados.
Pero, sobre todo, la Nochebuena, ¡es la noche de los regalos! “¡Dime qué regalas, y te diré quién eres!”.
Cada uno de nosotros se manifiesta por lo que regala. A Dios le pasa lo mismo. No solo nos hace un gran regalo, sino que se nos regala en la persona de su Hijo muy querido, que se nos presenta como un niño envuelto en pañales y con aroma de pesebre.
Es un regalo difícil de rechazar. ¡Quién rechaza a un niño, por más que sepa que ese Niño le cambiará la vida!
LUZ Y SONIDO

Cuando uno se encuentra sumergido en un ambiente oscuro, pierde la noción de la distancia y la del tiempo. Pero al accionar la llave eléctrica e iluminarse el recinto, todo cambia con la luz. En realidad, nada ha cambiado, las cosas siguen siendo las mismas, pero han adquirido una nueva dimensión.
Esto mismo se puede comprobar en los espectáculos llamados: “luz y sonido”. Con la iluminación y comentarios vocales y musicales, se recrean ambientes geográficos, históricos y culturales.
Todo esto resulta una vaga y pálida imagen, de lo que nos viene a narrar en esta Navidad, el prólogo de San Juan.
El prólogo de San Juan, es un grandioso espectáculo cósmico de “luz y de sonido” . Nos quiere hacer reinterpretar la historia de la humanidad, desde Cristo, la Palabra encarnada y Luz del mundo. Por eso, al celebrar el misterio de la Encarnación y al recibir su luminoso mensaje, nuestra vida entona con vibrante tono festivo, un cántico nuevo. Porque: “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visita el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y sombras de muerte”.