sábado, noviembre 20, 2004

Descontexto. Paloma mía...

Bitácora del Navegante. Descontexto.

"No son ideas descarnadas, no es palabrería, lo que el canto nos trasmite; es un balbuceo de amor. Ella sabe lo que vale para su amor. Ella lo sabe apreciar; él es ágil, es agradable, es bello, es fuerte. Ella sabe reconocer la grandeza que hay en él, pero también sabe que ésta grandeza está a su servicio. Lo que aquí se expresa es la emoción, el bullicio, la impaciencia de un amor juvenil. La calma solo la recuperará con la presencia del muchacho amado.
Lo que ella desea es un amor tan fiel y tan fuerte, que ni la distancia, ni el tiempo lo puedan separar.
Hay un viejo dicho italiano: "el amor mata al tiempo y el tiempo mata el amor". No es un disparate, es una terrible verdad. Las dos frases son ciertas, todo depende de la clase de amor, y aquí lo que se quiere es un amor que supere todo: más fuerte que el tiempo, un amor que no conozca las distancias, que no se canse, que no se amedrente.
El poema nos habla del afuera y del adentro, de la impaciencia y de la calma. Afuera está el emocionado y ansioso joven, que ha pasado largo tiempo corriendo y brincando. Adentro está la joven quietecita, gozando con calma esta situación. Es otra vez la voz del deseo: Ella ansía que él esté a su lado, ansía sentirse amada, pero en serio, con un amor que venza todos los obstáculos. Ella quiere ser el centro de este amor tenaz. En su voz emocionada se dan la mano, el ímpetu y el deseo.
Como la primavera es un amor que comienza. Como la primavera, su amor está caracterizado por la vitalidad y el esplendor.
El corazón de la amada había olfateado la cercanía del amado. Lo había transformado en gamo y en venado. El amor la había preparado para escuchar hasta el silencio del amado.
El amor que se muestran es juvenil, tierno, primerizo. Es amor de novios, de jovencitos."

Paloma mía que anidas entre
los huecos de las peñas,
en las grietas del barranco,
déjame ver tu figura,
déjame escuchar tu voz,
porque es muy dulce tu voz
y es hermosa tu figura".


"La paloma barranqueña se caracteriza por su fidelidad y su ternura. Para él eso es ella: casta, recatada, cariñosa, sencilla.
Con el sólo hecho de verla y de oírla, él se siente contento.
La respuesta de ella es más que clara: ella quiere la posesión mutua, la entrega total. Ella quiere que él se goce en ella y con ella, sólo que aún no ha llegado el tiempo tan deseado."

"Esta es, por supuesto, pura poesía. Es un canto de enamorados. Ella canta y él también. Canta el uno al otro, canta a lo que han recibido del amor.
Es un amor que comienza como la vida en la primavera. Es un amor puro, discreto en ella, caballero en él.
Es un canto a la vida, es un canto al amor, que le da el sabor a la vida."

"Ella es lo más bello que hay en la tierra. En ella hay más belleza que la que puede tener la ciudad más bella.
Ella es hermosa y, por lo mismo, es terrible, es irresistible. Su mirada perturba y desquicia. "Me has enamorado, hermana y novia mía, me has enamorado con una sola de tus miradas". Le dice a la amada en otro sitio
"Por una mirada de tan lindos ojo, apagan sus luces las blancas estrellas" dice nuestra vieja canción. Con su mirada ella lo despertó al amor y desde entonces no puede calmarse.
El hombre, el conquistador, ante la mirada de la mujer se siente conquistado, y a ella, decidida y fuerte le implora su favor. El no se cansa no se avergüeza de repetir la fascinación que siente por su amada.
Su amada es sólo una, pero suya. Es sólo una, pero le pertenece a él de verdad y le pertenece todita, mientras que para el rey o sea para el que "tiene" esposas, queridas y concubinas —una mujer es sólo un corto pasatiempo. Esta clase de relación ha hecho de ella una mujer única, la ha hecho sin mancha, la ha hecho mujer. Por esta clase de relación él sabe lo que ella vale: es su torcacita, y como mujer no tiene nada que criticarle. Por eso puede ella gozar con él, por eso puede disfrutar con su amor, por eso puede hacer que él sienta con ella, con el encanto de su cuerpo, un frescor paradisiaco.
(El versículo 12 del capítulo 6 es el más difícil de cantar. Hasta ahora no hay explicación satisfactoria. Se cree que el texto está dañado irreparablemente, y que incluso así le pareció a un copista antiguo que escribió: "yo no entiendo")..."

El Cantar de los Cantares y el Amor humano, José Cárdenas Pallares