DesAmores
Bitácora del Navegante. Descontexto.
Cuando se piden DesAmores, se pide Vida.
Mi Angel solía decir:
"hay que dar gracias hasta cuando uno recibe un fósforo, porque no existe obligación en ello".
Mi Angel me invitó -en sufrimiento- al Amor; y por tanto, a su ausencia.
Descubrí que amar es tan hermoso como es, imagino, caminar entre nubes.
Descubrí el horror del desamor: una caída solitaria, desde el cielo libre hasta el pesado, brutal golpe contra la tierra.
Y no, no es fácil siquiera levantarse luego; caminar otra vez? (omito "volver a volar"?).
Cada uno buscará la forma; un poco de tiempo soldará los huesos, una esperanza revivirá la primavera, una reflexión calmará el dolor, o quizás una nueva entrega...
No, no es fácil hablar del desamor; no encuentro más que dolor en cada una de las letras que componen la trágica palabra.
Una sola cosa: si hay ausencia, la presencia existe, en algún lado.
Por la posibilidad de encontrarse... gracias.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado ell llanto;
así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto
y el canto de ustedes, que es el mismo canto,
y el canto de todos, que es mi propio canto-
Gracias a la vida...
Gracias a la Vida, (Fragmento), Violeta Parra
En su soledad, sentados frente a frente
a la hora de siempre y en la misma mesa
café de por medio, la misma pareja
de mediana edad y pinta de buena gente.
No les queda resto para otra jugada
se le torció el camino...se dio vuelta el viento
Les pudo el fracaso y le resentimiento
y hoy son dos ejércitos en retirada.
Ay desamor, desamor...ciego desamor....negro desamor...
Casi sin mirarla, él le habla de puntillas
con frases muy cortas mientras ella niega
con los ojos fijos en la taza y juega
mecánicamente con la cucharilla.
Se sacó del bolso tal vez un anillo
lo tiro en el Mármol y sonó a mentira
El busca su mano y ella la retira
con la excusa de encender un cigarrillo.
Ay desamor, desamor...ciego desamor...negro desamor...
Qué tristes se ven
qué lejos están
tanto que olvidar
y nada que decirse.
Quien diría queun día también
se quisieron y tal vez
fueron felices.
Mientras él inmóvil se quedó sentado
ella muy despacio llegó hasta la puerta
abriéndose paso entre horas muertas
y la diferencia de los parroquianos
y tras el cristal de la cafetería
calle abajo la siguió con la mirada
impotente, viendo como se alejaba
sin volver la cara el ultimo tranvía.
Ay desamor, desamor...ciego desamor...turbio desamor...
Qué tristes se venqué lejos están
tanto que olvidar
y nada que decirse.
Quien diría que
un día también
se quisieron y tal vez
fueron felices.
Y en la mañana la mujer de la limpieza
junto a las colillas barrerá el suelo
unos besos mustios y un mechón de pelo
algo pisoteados por la clientela.
Desamor, Joan Manuel Serrat
Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo,
el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy,
es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.
Por ahí un papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme
tenía que mirarte.
Y este fragmento:
La lenta máquina del desamor
los engranajes del reflujo
los cuerpos que abandonan las almohadas
las sábanas los besos
y de pie ante el espejo interrogándose
cada uno a sí mismo
ya no mirándose entre ellos
ya no desnudos para el otro
ya no te amo,
mi amor.
Bolero, Julio Cortázar
Por el desfiladero inclemente y reseco
avanzamos a pobres estallidos
a opacos y alunados madrugones
a otoños inhibidos por un cielo grisáceo
a veces penetramos sin querer en la fiebre
como en una falsa vacación o delirio
pero si intentamos levantar un brazo
las bisagras crujen como antiguos rencores
y sudamos blasfemias y melancolías
somos en realidad otro desconocido
un tipo más que ignora cuándo va a tocar fondo
si en el breve mayo de las hojas secas
o en el laxo febrero de nostalgia soleada
un desconocido
un pájaro que emigra
de su propio corazón
un signo
que de a poco se va desdibujando
se va olvidando
de su propio trazo
un desconocido
un pañuelo blanco
que dice adiós a nadie a nadie a nadie
como si nadie hubiera para juntar recuerdos
para llegar a despedir al solo
un desconocido de quien no se sabe
por qué y con quién puede aún asombrarse
un resto de naufragio
un caprichode pedernal
miedo que esparce a veces
semillas de coraje
silencios
alaridos
sólo un desconocido
somos eso
algún remoto de nosotros mismos
un morral de prejuicios
una bomba de tiempo
que nos explota en medio de la aleluya o del bostezo
quizás ahí esta la clave
si nos sabemos magros
y ausentes y un poco traicionados
por cautelas y pautas y grandes plataformas
si adquirimos en cómodas cuotas el desastre
y empuñamos la angustia como un hacha de piedra
y además si en las duras transacciones
de cerebro a conciencia y viceversa
vacilamos y después vacilamos
y cuando el cielo escupe fuego y mierda
nos refugiamos bajo el mosquitero
y además si en el páramo ancho del insomnio
sobrevivimos a nuestro egoísmo
y nos desayunamos a vivir
y no reorganizamos la verdad
como un plan quinquenal o un orgasmo
cómo entonces
si estamos tan ajenos
en nuestro traje y en nuestro esqueleto
si lo que pudimos haber sido nos vela
como un guardián de mirada implacable
memorioso guardián
faro en lo abstracto
como entonces no cambiarnos en Otros
como no introducir de contrabando en ellos
las tempestades que no desatamos
los datos del amor inaccesible
los odios nobles y descomunales
ese acompañamiento del amor
que no nos atrevimos a sangrar
libres para ser Otros
ni ángel ni desángel
sólo nuestra verdad imperfecta y radiante
la verdad aventura que nunca se repite
y sin embargo puede atravesarnos
como una flecha o una ideología
y no es tarea vana
inventar
Otros
que tienen por supuesto rasgos nuestros
textura nuestra
cicatrices nuestras
más dos o tres barbaridades llanas
y más amor que nuestro más amor
esa caricatura de nuestros imposibles
a veces nos contagia
contamina
de vida nuestros pasos malmurientes
nos da confianza júbilo certezas
sinceridad hasta decirnos basta
punto final al miedo
miedo a puntoy una noche sin mar ni pesadillas
los Otros
esos Otros que inventamos
los Otros nos inventan
nos recrean
a su imagen y a su semejanza
nos convencen de que al fin somos Otros
y somos Otros
claro
por suerte somos Otros.
Por suerte somos Otros, Mario Benedetti.
Noche cerrada
ciega en el tiempo
verde como la luna
apenas clara entre las luciérnagas.
Sigo la huella de mis pasos,
el doloroso retorno a la sonrisa,
me invento en la cumbre adivinada
entre árboles retorcidos.
Sé que algún día
se alzarán de nuevo
las yemas recién nacidasde mi rojo corazón,
entonces, quizás,oirás mi voz enceguecedora
como el canto de las sirenas;
te darás cuentade la soledad;
juntarás mi arcilla,
el lodo que te ofrecí,
entonces tal vez sabrás
como pesa el amor
endurecido.
CÓMO PESA EL AMOR
http://amediavoz.com/belli.htm#CÓMO
|