viernes, junio 18, 2004

Bitácora del Navegante. Descontexto.

Jean Baudrillard


..."Qué oponen las mujeres a la estructura falocrática en su movimiento de contestación? Una autonomía, una diferencia, un deseo y un goce específicos, otro uso de su cuerpo, una palabra, una escritura -nunca la seducción-. Esta les averguenza en cuanto puesta en escena artificial de su cuerpo, en cuanto destino de vasallaje y de prostitución. No entienden que la seducción representa el dominio del universo simbólico, mientras que el poder representa sólo el dominio del universo real. La soberanía de la seducción no tiene medida común con la detentación del poder político o sexual"
"...Esta ambiguedad se vuelve a encontrar también del lado de lo masculino y de su declive. El pánico provocado en el hombre por el sujeto femenino liberado sólo tiene parangón en su fragilidad frente a la aventura pornográfica del sexo femenino alienado, del objeto sexual femenino. Ya exija gozar por la toma de conciencia de la racionalidad de su propoio deseo o se ofrezca el goce en un estado de prostitución total, ya sea lo femenino sujeto u objeto, liberado o prostituído, de todos modos la mujer se presenta como conminación de sexo, voracidad abierta, devoración. No es casualidad si todo el porno gira en torno al sexo femenino. Se deba a que la erección nunca es segura (no hay escenas de impotencia en la pornografía: está conjurada en toda su extensión por la alucinación de una oferta femenina sin tasa)...Esta continuidad de lo femenino, por oposición a la intermitencia de lo masculino, basta para asegurar una superioridad definitiva en la representación orgánica del goce, en lo infinito del sexo que se ha vuelto nuestra dimensión fantásmica".
"...Recuerdo espantoso, carcelario, obsceno el de la cuadrifonía japonesa: sala idealmente condicionada, técnica fantástica, música de cuatro dimensiones, no sólo las tres del espacio ambiente, sino una cuarta, visceral, del espacio interno -delirio técnico de restitución perfecta de una música (Bach, Monteverdi, Mozart!) que nunca ha existido, que nadie ha oído nunca así y que no esta hecha para ser oída así..."
"...El porno es la cuadrifonía del sexo. Añade una tercera y una cuarta pista al acto sexual. Reina la alucinación del detalle -la ciencia ya nos ha acostumbrado a esta microscopía, aa este exceso de lo real con su detalle microscópico, a este voyeurismo de la exactitud, del primer plano de las estructuras invisibles de la célula, a esta noción de una verdad inexorable que ya no se mide en absoluto con el juego de las apariencias y que sólo puede revelar la sofisticación de un aparato técnico. Fin del secreto..."


Jean Baudrillard, De la seducción.