Tintas. Según pasan los años.
Bitácora del Navegante. Tintas.
Creo que sé todo lo que hay que saber para morirme.
Y no es que tenga pensado fenecer de inmediato.
Sucede que hay, calculo, la posibilidad de que me toque desalojar el cuerpo incluso antes de ahora mismo, mientras hablo por teléfono con Nadie, conmigo mismo.
Es que, justamente, conocer lo indescifrable del fin, la angustia plana del ser y su caducidad caprichosa, me reciben de vividor.
De hecho, que me den un título -ahora que lo pienso- significa que no hay retorno a las viejas aulas.
Por eso, como no pienso dejar de estudiar, las materias que ahora curso duran un segundo.
Porque no quiero faltar a clase, con la excusa de mi muerte.
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