"Fui a los bosques porque deseaba vivir en la meditación, afrontar únicamente los hechos esenciales, y no sucediera que estando próximo a morir, descubriese que no había vivido. No quería vivir lo que no fuera vida; ¡la vida es tan cara!, ni tampoco deseaba practicar la resignación, a menos que fuese enteramente necesaria. Quería vivir profundamente y extraer todo lo maduro como para infligir una derrota a todo lo que no fuese vida; guadañar un ancho espacio a ras del suelo; empujar la vida a un rincón y reducirla a sus términos más bajos, y si mostrase ser mezquina, obtener su genuina y total mezquindad y publicar su miseria ante el mundo; o si, resultara ser sublime, conocerla por experiencia, y ser capaz de dar una verdadera noticia de ella en mi próxima excursión. Porque me parece que la mayor parte de los hombres están en una extraña incertidumbre sobre si será del diablo o de Dios la vida, y han llegado a la conclusión, un poco apresurada, de que el principal fin del hombre sobre la tierra es "glorificar a Dios y gozar de El eternamente".
"El paisaje de Walden es más bien humilde; siendo muy bello, no se acerca a ninguna grandeza, ni puede impresionar mucho a quien no lo haya frecuentado largamente o no viva en sus orillas; sin embargo, este lago, de profundidad y pureza notables, merece una descripción particular. Es una fuente verde, clara y profunda, de media milla de largo y una milla y tres cuartos de circunferencia, con una extensión de setenta y uno y medio acres; una fuente perenne en medio de los bosques de pinos y robles, sin ninguna visible entrada ni saldo de agua, excepto las nubes y la evaporación. Las colinas que lo rodean suben abruptamente desde el agua a una altura entre cuarenta y ochenta pies, aunque por los lagos sudoeste, y éste alcanzan cerca de cien y ciento cincuenta pies, respectivamente, dentro de un cuarto y un tercio de milla. Son exclusivamente selváticas.
El agua es tan trasparente que puede verse el fondo hasta una profundidad de veinticinco treinta pies. Remando sobre ella, puede uno percibir a muchos pies debajo de la superficie masas de percas y de peces plateados que nadan juntos, tal vez de solo una pulgada de largo, y sin embargo las primeras se distinguen fácilmente por sus bandas transversales, y uno piensa que deben ser peces muy ascéticos los que hallan allí su subsistencia."
(Esta misma descripción de El Lago de Walden, se puede ver y oir en inglés con mucho gusto, en esta dirección)H.D.Thoreau: Salúd.
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