Bitacora del Navegante. Pensares.
"Tomar el nombre de Dios en vano. 
Pecado del clero, pecado de sacerdotes y religiosos, 
precisamente porque nos sentimos cerca de Dios 
y la familiaridad nos hace creernos con derecho 
a usar su nombre en lugar del nuestro".
En el terreno de la noche, se encienden las velas, para que la oscuridad no reine: y así un hilo de luz auspicia el amanecer, y ata los días.
Sigo la Cruz como Camino, Verdad y Vida. 
En ése camino, sólo Cristo es verdadera luz que permanece e ilumina: es el Buen Pastor, es la Palabra (el Verbo) hecho carne. Los demás somos imitadores, según la gracia de la fe y la voluntad.
"Y Piedra de tropiezo, y roca de escándalo 
á aquellos que tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; 
para lo cual fueron también ordenados."
A veces nosotros, corderos, y vaya a saber por que piedra del camino, equivocamos el sendero. Y nos convertimos en el peor acecho que tiene un rebaño: un lobo suelto entre las ovejas. Un peligro desde donde no se lo espera. De un costado, desde dentro, nos erigimos en jueces cuando esa tarea esta reservada: buscamos ser pastores del camino, cuando El ya estuvo entre nosotros, y lo ignoramos.
Cuando veo uno de estos hermanitos, tengo ganas de pelear y me pongo como un cabrito... Pero si cuento hasta diez (como ahora) me doy cuenta que guardando silencio, lo dejo hablar a Jesús (Y así yo tampoco me convierto en lobo:)
"Observa todo; pasa por alto mucho; corrige un poco."
Papa Juan XXIII
A ver, a ver si viene ese abogado y nos echa una mano... para corregir la senda.
De ahí, colega, puede venir La Salvación a la Patria.
Y al alma, que parece pedirla a gritos.
 
 
Dame, Señor, un poco de sol, 
algo de trabajo y un poco de alegría.
Dame el pan de cada día, 
un poco de mantequilla, 
una buena digestión y algo para digerir.
Dame una manera de ser que ignore el aburrimiento, 
los lamentos y los suspiros.
No permitas que me preocupe demasiado 
por esta cosa embarazosa que soy yo.
Dame, Señor, la dosis de humor suficiente 
como para encontrar la felicidad en esta vida 
y ser provechoso para los demás.
Que siempre haya en mis labios 
una canción, una poesía 
o una historia para distraerme.
Enséñame a comprender los sufrimientos 
y a no ver en ellos una maldición.
Concédeme tener buen sentido, 
pues tengo mucha necesidad de él.
Señor, concédeme la gracia, 
en este momento supremo de miedo y angustia, 
de recurrir al gran miedo
y a la asombrosa angustia
que tú experimentaste en el Monte de los Olivos 
antes de tu pasión.
Haz que a fuerza de meditar tu agonía, 
reciba el consuelo espiritual 
necesario para provecho de mi alma.
Concédeme, Señor, un espíritu abandonado, 
sosegado, apacible, caritativo, 
benévolo, dulce y compasivo.
Que en todas mis acciones, 
palabras y pensamientos experimente 
el gusto de tu Espíritu santo y bendito.
Dame, Señor, una fe plena, 
una esperanza firme y una ardiente caridad.
Que yo no ame a nadie contra tu voluntad, 
sino a todas las cosas en función de tu querer.
Rodéame de tu amor y de tu favor.
 
 
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