martes, junio 14, 2005

Descontexto. Simplicidad, por Sponville.

Bitácora del Navegante. Descontexto.
"El ser es lo que es, eso es todo.
Las cosas son lo que son,
en su muda simplicidad."
El laberinto, A.C.Sponville

Transcribo estas lineas mínimas ( o no), y vuelco mi aire y mi piel en ellas.
Dedicadas a vos que leés, desde ése lejano lugar, a través de éste complejo aparato.
Y que cada día buscás, como yo, la respuesta en letras que salen de la puerta parpadeante.
Especialmente dedicada a Guadalupe (Mirada), Lua (As historias), Sergio (Itinerario), Artemisa (Desde adentro) y Claudia. (Sé que es largo, aún abreviado...).
Y a mi madre, y nuestra madre tierra Galiza, cuna de gente simple y valiosa.
Gracias terra nosa por sobrevivir simple, virtuosamente, pese a todo.

"...El hombre sencillo no se plantea tantas preguntas. Tal vez porque se acepta tal cual es? Es decir demasiado, incluso. No se acepta ni se rechaza. No se interroga, no se contempla, no se considera, no se alaba ni se desprecia. Es lo que es, sencillamente, sin rodeos, sin indagaciones o, más bien -porque ser le parece una palabra demasiado grandiosa para una existencia tan pequeña-, hace lo suyo, como cada uno de nosotros, pero no ve en ello tema de discurso, de comentarios, ni siquiera de reflexión.
Es como las aves de nuestros bosques, ligero y silencioso siempre, aun cuando canta, uncluso cuando se posa. Lo real basta a lo real, y esa simplicidad es la realidad misma.
Y así es el simple: individuo real, reducido a su más simple expresión.
El canto? Sí, de vez en cuando... Más a menudo silencio; la vida, siempre.
El simple vive cual respira, sin más esfuerzos ni más gloria, sin más efectos ni verguenza.
La simplicidad no es una virtud agregada a la existencia.
Es la existencia misma, sin agregados.
Es la virtud más grácil, más transparente y más escasa.
El reverso de la literatura: vida sin frases, sin falsedades, sin hipérboles, sin grandilocuencia.
Es la vida insignificante, la verdadera..."

"...Que lo real sea complejo, lo acepto, y sin duda de una infinita complejidad. No terminaríamos nunca de explicar o describir un árbol, una flor, una estrella, un guijarro... Lo que no les impide ser simplemente lo que son..."
"...Algo más simple para quien no desea nada?
Complejidad del pensamiento; simplicidad de la mirada. Todo es más simple de lo que imaginamos, decía Goethe, y simultáneamente más enmarañado de lo que jamás podríamos concebir.
Complejidad de lo real, simplicidad del ser. Lo contrario del ser no es la nada, escribe Clément Rosset, sino lo doble. Lo contrario de lo simple no es lo complejo, sino lo falso.
La simplicidad en el hombre -la simplicidad como virtud- tampoco necesita negar la conciencia ni el pensamiento. Se reconoce, más bien, en esta capacidad de ir más allá, sin anular ni a la una ni al otro, de liberarse, de no dejarse engañar ni aprisionar..."
"...Simplicidad no es inconsciencia ni estupidez: el espíritu simple no es un simple de espíritu... Es más bien el antídoto de la reflexividad y de la inteligencia, que impide su hipérbole, que se extravíe en sí misma y se aparte de lo real, que se tome en serio, que sea pantalla, que se torne finalmente obstáculo que oscurezca lo que pretendía revelar o develar.
La simplicidad enseña desprendimiento, o es más bien el desapego de todo, hasta de uno mismo: dejar ir, como dice Bobin, recibir lo que viene sin guardar nada para uno mismo.
Simplicidad es desnudez, desposesión, pobreza. Sin otra riqueza que todo. Sin otro tesoro que nada.
Es libertad, ligereza, transparencia,.
Simple como el aire, libre como el aire: la simplicidad es el aire del pensamiento, ventana abierta a la inmensa respiración del mundo, a la presencia infinita y callada del todo.
Hay algo más simple que el viento? Algo más etéreo que la simplicidad?
Intelectualmente, tal vez no sea otra cosa que sentido común, rectitud de juicio cuando éste no se encuentra atiborrado por lo que sabe o por lo que cree, cuando está abierto a todo lo real, a la simplicidad de lo real, cuando está siempre como nuevo en cada una de sus operaciones.
Es la razón cuando no se deja engañar por sí misma: razón lúcida, razón encarnada, razón mínima, si se quiere, pero condición de toda razón..."
"...Pero es ante todo una virtud moral, espiritual. Transparencia en la mirada, pureza del corazón, sinceridad del discurso, derechura del alma o de conducta..."
"...Qué valor tendría una gratitud afectada, una humildad preparada, un coraje de exhibición?...Modestia sin simplicidad, es exhibicionismo o cálculo. La simplicidad es la verdad de las virtudes...·
"...El simple no aparenta, no presta atención (a sí mismo, a su imágen, a su reputación), no calcula, no posee artilugios ni secretos ni segundas intenciones, programas o proyectos.
Virtud de infancia? Pienso que no demasiado. Es más bien la infancia como virtud, pero una infancia reencontrada, reconquistada, liberada de sí misma, de la imitación de los adultos, de la impaciencia de crecer, de la seriedad de vivir, del gran secreto de ser uno mismo...La simplicidad sólo se aprende poco a poco..."

"Salve, reina Sabiduría, Dios te salve con tu hermana la santa y pura Sencillez"
Saludo a las Virtudes, San Francisco de Asís.

"...Allí sopla el espíritu de los Evangelios.
"...La simplicidad es olvido de sí, del orgullo y del miedo: es sosiego contra inquietud, alegría contra angustia, ligereza contra gravedad, espontaneidad contra reflexión, amor contra amor propio, verdad contra pretensión...
El yo subsiste, sin duda, pero aligerado, purificado, liberado (desligado de si, como dice Bobin, privado de su trono). Hace mucho que renunció a buscar la salvación, y no le inquieta perderla. La religión le resulta demasiado complicada. Incluso la moral le resulta demasiado complicada. De qué sirven esas perpetuas vueltas sobre sí mismo? No terminaría nunca de examinarse, de juzgarse, de condenarse...
Nuestras mejores acciones son sospechosas; nuestros mejores sentimientos, engañosos. El simple lo sabe y se burla de ello. En él la misericordia hace las veces de inocencia, o tal vez la inocencia de misericordia. No se considera con seriedad ni a lo trágico. Sigue su camino común en paz, ligero el corazón, sin meta, sin nostalgia, sin impaciencia. El mundo es su reino, y le basta. El presente es su eternidad, y lo colma. No tiene nada que probar, pues no tiene nada que aparentar. Ni nada que buscar, pues todo está allí.
Hay algo más simple que la simplicidad?
Algo más leve?
Es la virtud de los sabios y la sabiduría de los santos"

La simplicidad (fragmentos) André Comte-Sponville.