miércoles, junio 22, 2005

Banquete

Me sirvo como un plato exótico.
Los que me comen ignoran
Que el sabor de la carroña no cambia.
El mismo paladar
Prueba lo desconocido,
Sabiéndolo desconocido.

Vapores que transportan
Fétidos olores.
La carne tibia humea en la cocina.
Los comensales van pasando,
Y se sirven un bocado.
Aplauden al chef
-que nunca se deja ver-.

Como alimento,
Desplegado en trozos,
Hubiése querido terminarme

junto, todo junto,
Servido en una mesa familiar.