martes, mayo 31, 2005

Tintas. Niebla.

Bitácora del Navegante. Tintas.

«¿Es que el ensueño y el mito no son acaso
revelaciones de una verdad inefable,
de una verdad irracional,
de una verdad que no puede probarse?»
Del sentimiento trágico de la vida, M. de Unamuno
Niebla.
Espesa cae del cielo,
Concentrada desde el abismo.
Nívola... Nocturna...
La niebla es el humo de las almas
quemadas en el frío.
Densa, supera en mucho al agua,
porque ahoga en otra dimensión;
penetra el tuétano de los huesos,
busca lo frío, lo duro, llega
al oscuro, descansa en el fondo,
allí donde la última frontera,
la que sostiene el cuerpo,
que a los ojos anuncia:
-De todas formas sos una basura.



“… Como el mar, el humo de nieblas la viste,
y envuelta en la gama doliente del gris,
parece una tela muy rara y muy triste
que hubiera pintado Quinquela Martín…
Pero hay en las noches de aquella cantina
como un pincelazo de azul en el gris,
la alegra figura de una “ragazzina”
más brava y ardiente que el ron y que el gin…”

Aquella cantina de la ribera, José González Castillo