sábado, abril 09, 2005

Tintas. Amor al mar.

Bitácora del Navegante. Tintas.

Como ayer, como siempre, estamos mirando el horizonte, sin saber dónde está el camino.
No hay camino... si existe es invisible o azaroso... donde navegar?
Mares profundos de un azul oscuro apenas nos sostienen,
mientras nubes de tormenta se empecinan en tentar,
esa forzada estabilidad, que tanto cuesta mantener.
El mar oscuro tiene fondo; pero en el horizonte no se adivina el fin.

Prefiero mantener la nave a flote, y viajar a donde sea.
Pero no quiero contribuir hundiendo este cascajo;
que el fondo no me espere, como tampoco a mí el destino espera.

Antes que el sueño (o el terror) tejiera
Mitologías y cosmogonías,
Antes que el tiempo se acuñara en días,
El mar, el siempre mar, ya estaba y era.
¿Quién es el mar? ¿Quién es aquel violento
Y antiguo ser que roe los pilares
De la tierra y es uno y muchos mares
Y abismo y resplandor y azar y viento?
Quien lo mira lo ve por vez primera,
Siempre. Con el asombro que las cosas
Elementales dejan, las hermosas
Tardes, la luna, el fuego de una hoguera.
¿Quién es el mar, quién soy?
Lo sabré el día
Ulterior que sucede a la agonía.

El Mar, Jorge Luis Borges


Vendrá de todos modos, si no vamos.
Crecimos juntos, lejos, atados
De los extremos de un fino cordón
Invisible, y fuerte más que la ausencia,
Para encontrarnos del otro lado.

Sobraron juegos, también carencias,
De amores, familia; irregulares,
Escasearon en nutrir el alma,
llegando a sorbos, como en sequía.

El arte, castigador del viejo Salieri,
Nos mató en el aire por querer volar
entre estelas de soles, a brillantes luces,
Que arremangan los corazones encantados.

Habrá que sufrir sin chistar la locura
De un mundo que entrega y que vuelve a cobrar?
Desde mi lodo bajo a tu infierno la mano,
Y como puedo estoy, vos, si podés llegá.

Te tocó la dicha y el amor de mujer;
Te creció la vida, y te nació la muerte.
Yo heredé con llanto este amor de hijo;
vos el de padre; de esposo este caro dolor.

Hoy tantas veces te llama “papá”...
Que cuando pide, fijate que no llora sola,
Te grita también nuestras penas amargas,
Y te disfruta todo, por ella, y los dos.
A mi papá, por tu papá, y porque sos papá.