sábado, abril 02, 2005

Honores. Juan Pablo II

Honores. A Carol Wotjyla: Juan Pablo II.

No estás, y pienso...
Pienso en vos, María Mercedes Rodriguez. Pienso en como el amor de éste hombre -con su idilio Mariano-, tan lejano y tan cerquita, te abrazaba y te ayudaba a ser mejor persona. Seguramente será el Apóstol de tu vida, porque fue vicario de Cristo casi casi desde tu nacimiento.
Pienso en las guerras que evitó (la nuestra, con Chile, por ejemplo), los suelos que bendijo al posar sus labios sobre la tierra, en ese gesto tan humilde, y tan inmediato. Lo primero que hacía cuando bajaba del avión era besar la tierra.
Pienso en el aire de santidad que nos hizo respirar a muchos, a todos a quienes quizo llegar con su visita este Papa Pastor; el Papa Viajero, le decían...
Y el perdón que pidió, a los perseguidos por propio error del clero; a los adelantados (como él) que no pudieron ser comprendidos en su momento; a las Iglesias, todas; y a nuestros hermanos de fe, herederos de Jacob y Abraham, como nosotros.
Y en los santos que supo ver y reconoció (Madre Teresa!...)
En los mártires que lo acompañaron, sobre todo en Latinoamérica.
En tanto dolor, que sufrió junto al convulsionado Este de Eurasia.
En tantas sonrisas, tantos besos a pequeños.
Tanta fuerza, tanta fe.
En la tapa de un pasquín apareciste hace unos días, Juan, "de novio" con la chica que querían "desconectar" de la vida. Como tantas veces, no respondiste al mal.
Yo veo esas cosas y digo: las obras de este hombre son fruto del amor, y sus silencios son ejemplares semillas de paz, que regala a nuestros corazones.
Curiosamente no estoy triste.
Es gracias al amor y la fe que de algún modo incentivaste, con el marco de tu apostolado y de tu vida entera.
El amor que te extraña, y te desea lo mejor.
La fe que sabe que estás con El, sonriendo, con Luz de frente, en un cielo limpio, de paz.
Joannes Paulus II, Apóstol de Cristo, Virrey del Señor, Obispo de Roma... hasta pronto, porque todos nos vamos.
Saludos a mi viejo y a todos los nuestros que descansan y que ahora tienen algo más "nuestro".

"Juan vendrá, como todos,
a verme muerta.
No le dejes que pase
de aquella puerta.
Dile que, ya muriendo,
sentí su canto;
que, ni muerta, oír quiero
su necio llanto...
¡Que ame a Dolores;
que a mí me basta, madre
que tú me llores!"
de Lux Aeterna, Juan Menéndez Pidal

Lux aeterna luceat eis, Domine .
Brille la luz eterna ante sus ojos, Señor,
Cum sanctis tuis in aeternum, quia pius es.
junto a los Santos y para toda la eternidad, por tu misericordia.
Requiem aeterman dona eis Domine et lux perpetua luceat eis.
Dales, Señor, el descanso eterno, y brille ante sus ojos la luz perpetua.
«Mi paz os dejo» (Juan 14, 27).
"En el tiempo pascual, escuchamos con frecuencia la promesa de Jesús a sus discípulos. La paz verdadera es fruto de la victoria de Cristo sobre el poder del mal, del pecado y de la muerte. Cuantos le siguen fielmente se convierten en testigos y constructores de su paz... "
"...Que velen desde el cielo ahora por nosotros y nos apoyen con su poderosa intercesión."
«Mi paz os dejo»

Te quiero "Juanito". En Paz, te sigo amando.

"Me preguntan también qué impresión se tiene de este papa cuando se está cerca de él.
Dos cosas me han impresionado siempre de él.
La primera es su constante actitud de oración.
Parece que está siempre dialogando con una presencia invisible.
La segunda es aquella que yo llamaría sobriedad.
Incluso en los momentos de mayor éxito sobre la escena política mundial, cuando, incluso por su acción, caían uno tras el otro todos los regímenes totalitarios del Este, nunca ha dado un signo de complacencia o de embriaguez por el éxito.
Ante cualquier tentativo de aludir a tal hecho, respondía: «Demos gracias a Dios, demos gracias a Dios»... "
Palabras del P. Raniero Cantalamessa, ofmcap

Salúd Carol; Salúd Juan; Salúd Guía de Dios!
Salúd!