martes, enero 11, 2005

Pensares. La Odisea: VI

Bitácora del Navegante. Pensares.

El primer testimonio acerca de la aparición de sirenas se remonta a La Odisea
de Homero, que relata las aventuras tumultuosas del héroe griego Ulises,
durante su largo viaje de regreso a Itaca, después de la guerra de Troya:
las sirenas de la época no son esos seres mitad mujer, mitad pez,
que las leyendas más modernas retuvieron,
sino unas aves con cabeza y pecho de mujer.

En lugar de Sirenas, encuentro una mujer de mediana edad, buen aspecto, dulce fragancia. Camina delante mío de manera tal que es difícil no observarla.
Se da vuelta para preguntar si éste es el Tren que va a Tigre, cuando no hay otros en el andén, y un par de grandes letreros luminosos aclaraban el destino.
No caer en la trampa no es tan difícil, si a través de los años las Sirenas perdieron sus secretos de seducción.
Me siento, y en el asiento de enfrente, en el lugar donde esperaba encontrar a Circe, una anciana saca de una bolsa negra una empanada y la parte al medio, hechizando el ambiente.