martes, octubre 19, 2004

Serrat: Balada para un Trovador

Bitácora del Navegante. Bodega.

Balada per a un trobador: Una de las tres canciones del disco –junto a "Els vells amants" y "Els titelles"– que no provienen de sus anteriores EP's. Con "Balada per a un trobador" prolonga Serrat este interés por los personajes marginales. Tanto en esta canción como en "El drapaire", se vislumbra una evidente influencia de la canción francesa, sobre todo de Jacques Brel. Serrat retrata con amargura el deambular cotidiano, la miseria, el desarraigo de estos personajes que ya abandonaron el fragor de la juventud, aquellos tiempos de amor y fortuna con palacios trocados ahora en moradas humildes, con los zapatos agujereados y la ropa polvorienta como equipaje inevitable. Es un trovador que recorre los caminos cada vez más envejecido, más desesperanzado, esquiva la suerte y con la mirada puesta en el siguiente pueblo, tal como le sucederá a su titiritero en castellano, "que guarda los chismes en el viejo coche". Se trata de una descripción sencilla, inspirada, que rehuye tópicos. Es un Serrat que matiza el lenguaje y que no lo recarga, soliendo rimar sus canciones en asonante. En castellano en cambio, virará en los primeros años hacia una búsqueda más metafórica y hacia un continuado uso de pareados. Este tema sería el escogido por Kiko Veneno para el disco "Serrat, eres único", en una perfecta demostración de que hay canciones que sólo deberían ser interpretadas en el modo en el que fueron concebidas.

Los zapatos agujereados, / la ropa llena de polvo,
y en la boca temblorosa / siempre lleva un canto muy dulce.
El país por el que camina / no es otro que su país.
Y el vino con el que moja su garganta / no es otro que su vino.

No era extraño en ningún rincón./ Ya era viejo el trovador.

Cantó para princesas / en grandes palacios deslumbrantes.
Ha saltado muros, ha abierto puertas / cerradas con doble llave,
cuando tenía la voz clara / como la piel de sus amores,
cuando, por la noche, le cubrían / sábanas blancas bordadas con flores.

Las flores ya han perdido su olor. / Ya era viejo el trovador.

Hoy ha cambiado de alcobas./ Ahora que ha perdido las llaves,
una choza de adobes / le parece todo un palacio
donde su canción se eleva / por un plato y un vaso de vino.
Pastoras y taberneras / son sus flores de noche.

Todo se deshoja en otoño. / Ya era viejo el trovador.

Y mañana, cuando salga el sol / ha de seguir su camino.
Llegará a otro pueblo / y se irá de allí
con los zapatos agujereados, / la ropa llena de polvo,
y en la boca temblorosa / se llevará su canto tan dulce.

Balada per a un trobador, J.M.Serrat, 1967.