lunes, octubre 04, 2004

Bosque Alegre

Bitلcora del Navegante. Tintas.

Anduve las tierras del edén,
de aquél que abandonamos,
no del otro, inmerecido;
a veces ando las tierras del este.

Me place su aire libre
y la falta de paredes, de un techo,
la bóveda, azul oscuro, inmaterial,
me deja crecer hasta donde quiero.

Me sienta bien el horizonte fugaz,
que escapa a lo lejos allá,
donde el cielo empieza,
y busca refugio rompiendo entre piedras.

A veces dos, tres, a veces más
luces de colores, palpitantes, inquietas,
señalan que también la soledad
puede compartirse en la distancia.

Entre vaivenes y decadencia,
solitario bosque sobrevives,
como yo, a la indiferencia cruel
que te verá morir en una plaza modelo.

Amo a mi madre, la Tierra,
de cuyo seno nunca he salido:
con brazos de terraplén, me cubre,
mientras el viento busca suspiros.