lunes, agosto 09, 2004

Bitácora del Navegante. Tintas.

A Fernando Pessoa

Pacto conmigo mismo.

Me llamó pasado el mediodía
con un artilugio sutil,
y funcionó el engaño.

Esperaba entre otros libros,
con el tamaño suficiente
para que apenas lo notase.

Y me tomó de la mano, del alma,
de la vida: me llevó hasta la caja
para pagar su valor con seis pesos.

Raptor...me arrastraste hondo,
hasta las profundidades negras
de tus letras asesinas.

Me hiciste ver el cadaver
que yo también arrastro,
que son los días que pasaron.

Y qué soy entonces, sino el velo
que separa un muerto de un vivo,
lo que fue de lo que será?

Acaso morir no es dejar de llevarme,
dejar tirado mi yo muerto
en una esquina cualquiera?

Acaso vivir no es empujarme
contra la niebla espesa de la vida
hasta que me falte el piso?

Asesino.. sí, las flores, el sol y el amor,
el infinito en el instante, la locura;
tristeza que me ocultas, endulzándola..

Así me dan, así me quitan. Pero,
no contabas con que pude no haber sido
y sin embargo, alguien pensó en mí.