lunes, julio 19, 2004

Bitácora del Navegante.  Bodega

Algunas veces nos sentimos identificados con un personaje fantástico. Algunas veces me sentí (todavía me siento?) uno de los que describe esta preciosa canción. Y aunque termina bien (teniendo en cuenta la risa de la niña) parece faltarle una estrofa... Es otra historia, si en el final, además, El Fabricante llora.
 
El era un fabricante de mentiras,
el tenía las historias de cartón.
Su vida era una fábula de lata
sus ojos eran luces de neón.
Y nunca tengas fe que sus mentiras puedan traer dolor.

Ella era una típica inocente
zapatos negros, medias de algodón
que sólo era feliz en el colegio,
que nunca tuvo en su piel amor.

Inútil es decir que lo que le dijeron lo creyó.

Querrán saber el fin de nuestra historia,
algunos lo podrán imaginar,
la niña que sin pena y sin gloria
perdió sus medias y su castidad.

Preciso es condenar al que se burla de nuestra moral.
Pero hay algo que nadie puede explicar:
por qué la niña ríe en vez de llorar? 

Fabricante de mentiras
Sui Generis. Charly García