lunes, julio 05, 2004

Bitácora del Navegante. Tintas.

Sin Título.


Con asombro descubro el fin de la Jalea,
que no es otro que recordarte, sensual,
cuando cae y se desliza suavemente.
Y así acaso suceda con la claridad del cielo,
o el misterio temporal de la penumbra;
y la alegría majestuosa del amanecer!,
la dispersión del viento, el canto animal...
Naturaleza viva en esencia,
Reina del mundo,
Guardiana de la Fuerza,
Portadora,
Protectora,
Irrazonablemente Encantadora,
Encantadoramente Irrazonable.

Me sorprende que seas, sin embargo,
tán débil, tan frágil.
Y que al final de todo sólo te llamen,
con una palabra:
simplemente,
"mujer".