Bitácora del Navegante. Bodega.
Un extraño Capitán canjeó pólvora por éste antiguo manuscrito. Se llamaba Don Diego Torres.
Usted fue siempre así, tan temperamental
Usted me ha dicho tantas cosas que jamás podré olvidar
Usted me hizo a mí pensar, aunque sea tarde ya lo sé
Le agradezco que haya sido todo lo que fue.
Porque usted me hizo enfrentar con lo peor de mí Y en mi lado mas oscuro me descubrí
No olvide que la espero
No espere que la olvide
Si por usted me muero, me muero cuando ríe corazón
No olvide que la quiero
No quiera que la olvide
Si cada vez que puedo me pierdo en el sonido de su voz
Porque algo en mí cambió
Porque algo en mí sembró
Porque usted ha domado lo que nadie en mí domó.
Pero no quiero yo jurar
No quiero prometer
Sólo míreme a los ojos y averigüe si cambié
Yo no la quiero convencer
Ni la quiero impresionar
Sólo présteme una tarde y le regalo mi verdad.
Porque usted me hizo enfrentar con lo peor de mí Y en mi lado más oscuro me descubrí
No olvide que la espero...
Usted fue siempre así tan temperamental
Usted robó mi alma y no la trajo nunca más
Usted siempre fue así y ya no va a cambiar
Si yo le di mi vida ya no pida que yo cambie, yo no cambio más.
No olvide que la espero...
Porque a partir de hoy
No es el mismo el corazón
Porque usted ha domado lo que nadie en mí domó...
Usted, Diego Torres
lunes, junio 14, 2004
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