Pensares. Una lágrima.
Nemorino está enamorado de Adina.
No se sabe por qué.
Adina y las aldeanas se enamoran después.
Es el amor la borrachera de la sensualidad?
Es la inversión que se realiza por codicia o conveniencia?
Es el reconocimiento de una virtud?, de un valor? o del otro-amor?
La pregunta suele tomar respuestas tan desdichadas, que personalmente prefiero no saber de qué trata ese amor.
Pero me gustaría saber, por qué preferimos, debemos o necesitamos -tanto- estar así, enamorados.
El telón se cierra sólo para abrirse nuevamente.
Nemorino sube a escena misteriosamente enamorado. Y una furtiva lágrima vuelve a rodar en la mejilla una, y otra vez.
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