Memoria. 2 de abril.
30 años nos pasaron a los argentinos por sobre la cabeza, desde el quiebre constitucional del 24 de marzo del 76.
Uno no puede olvidarse de Malvinas, porque nadie olvida su brazo, o una pierna: está donde uno y lo acompaña porque es parte de él.
Hoy si quiero hacer memoria para recordar al Otro.
A la Sudamérica solidaria y conciente que se reveló, salvo alguna oscura excepción. A mi tío Alberto, por ejemplo, que se anotó de voluntario para ir a las Islas. Es que hubo algo en ésa epoca que nos tocó en un lugar común y nos marcó muy fuerte. Así, como quien se traga el orgullo, pero para regurgitarlo y saber que le es propio, que viene de las entrañas, los argentinos fuimos a buscar nuestra música y resurgió el rock & pop nacional. Fuimos a reafirmar nuestros valores morales sociales, y volvió la democracia. Apelamos a nuestras fuerzas más solemnes (que siempre, son las internas) y aparecieron manos federales (esas que tantas veces dejamos pagando...), manos correntinas, santiagueñas, de todo el país, alistadas para tomar un fusil gastado, corrupto y corrompido.
Me toca más que otras veces el pecho el recuerdo de mi hermano soldado excombatiente, aunque seguro no lo suficiente.
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