Tintas. Aguas bajan.
Llueve
y llueves
echando fuera
a traves de los ojos
sinsabores salados.
Agua de la que sobra,
-por que por dentro algo falta-
barran afuera pestañas.
Ojalá no se quede sin agua
tu mirada, pero,
si todo es una imitación
de lo natural
ojalá tus humedades
limpien el ánima,
equilibren los mares,
pinten arcoiris:
ojalá nutras raíz,
o al menos una flor
donde se descarga tu cielo.
A mi la mano me llueve;
en un momento siento
la tinta brotar de un dedo
y marcar un papel a fuego,
como hace el tiempo a la vida.
Y así dibujo lo indescifrable
en cómodas cuotas que
el precio de ser tal, es
profundamente impagable.
Corre, desliza mi tinta negra...
Desángrese corazón, de los recuerdos!,
que las entrañas escupen anhelos
y el cerebro centrifuga penas.
A poco se licuarán los momentos:
se añade una sombra a la lágrima,
y se pinta, por fin,
esto mismo,
en palabras.
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