Tintas. Una historia real.
No cuenta con diez,
y sola se ocupa
de los altos asuntos
que a sus padres convienen.
No cuenta con diez,
y con su mejor ajuar
elige obsequios,
de rodillas, arrodillada.
A los diez la vida la pinta,
como la trata:
niña de sangre roja,
de manos oscuras.
Lejos del azul, carita sucia,
te regalo un título real: Princesa,
y que se acabe del todo,
la poca nobleza del mundo.
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