jueves, diciembre 01, 2005

Honores. Fernando Pessoa.

Bitácora del Navegante. Honores.

"Severo narro. Cuanto siento, pienso.
Palabras son ideas.
Murmurante, el río pasa, y lo que no pasa,
es nuestro, no del río.
Así quisiera el verso: ajeno y mío
Y por mí mismo leído."


Fernando Pessoa, sinónimo de "heterónimos" (nombres bajo los cuales desarrollaba sus diferentes estilos literarios y biografías imaginarias), fue creador, crítico y polemista, poeta y dramaturgo. Entre sus heterónimos más importantes se cuentan Alberto Caeiro, el sabio contra las vanas intelectualidades con su Guardador de Rebanhos; el vanguardista Alvaro de Campos y su sacudida del provincianismo portugués, con su Ultimatum, Opiário y Tabacaria; el protoexistencialista Bernardo Soares, sub-heterónimo errante, con su Livro do desassossego (tal vez la "no obra" mayúscula de nuestro autor); Ricardo Reis con sus Odas y su culto de la forma, y Fernando Pessoa mismo con Mensagem y O banqueiro anarquista, todos ellos entre tantos otros escritos. Depresivo, amante de Ophélia, bebedor de absinto, engripado eterno, fallecido a causa de un cólico hepático el 30 de noviembre de 1935, lo recordamos cuando se cumplen 70 años de su muerte. Cultivó la astrología y el ocultismo pero también un paganismo superior. Existe asimismo una guía turística de Lisboa de su autoría. Hablamos sin dudas del escritor más creativo y complejo de la literatura portuguesa y uno de los más destacados del siglo XX. Su famoso "baúl" (hoy en exposición) contenía 25.426 originales. Con sensibilidad delicada e inusual, le dio a cada heterónimo vida propia. Su misma obra ha sido vista como la búsqueda de una identidad a través de múltiples escrituras. De allí que el poeta sea "un fingidor".

Fuente.


SIF1 SIF2

Soy un cuidador de rebaños.

El rebaño son mis pensamientos

y mis pensamientos son todos sensaciones.

Pienso con los ojos y con los oídos

y con las manos y los pies

y con la nariz y la boca.

Pensar una flor es verla y olerla

y comer una fruta es conocerle el sentido.

Por eso cuando en un día de calor

me siento triste de gozarlo tanto,

y me echo de espaldas sobre el pasto,

y cierro los ojos calientes,

siento todo mi cuerpo echado en la realidad,

sé la verdad y soy feliz.

Poema IX F.P. (Alberto Caeiro)


Al gran Simulador, Salud.