miércoles, agosto 31, 2005

Descontexto. Química elemental.

Bitácora del Navegante. Descontexto.

–¿El químico ve el mundo de manera distinta que un astrónomo?
–Puede ser. Los químicos vamos de lo macroscópico a lo microscópico. No es que vamos por la vida mirando moléculas. Pero es como con cualquier especialización: me imagino que a algunos psicólogos les debe costar separar en una charla de café su profesión lo que está contando un amigo y el análisis de ese discurso. Acá es más o menos lo mismo: trato de no ver las cosas como conjuntos de moléculas únicamente.
–Podría decir que la mirada del químico es una mirada disgregacionista más o menos, de ver la realidad como una sumatoria de partes que interactúan entre sí.
–Tal cual. Uno ve algo y quiere saber qué lo forma. Un biólogo, por ejemplo, ve el ADN como un código, un libro que codifica proteínas. Nosotros, los químicos, en cambio, nos preguntamos ¿qué forma el ADN?, ¿qué es el ADN? Vamos más a los ladrillos, no tanto al edificio, por así decir. Sin embargo, no todo es química y reacciones en la vida.
–Y, no.
–Las relaciones entre personas no están medidas únicamente por reacciones químicas. Conozco gente que sí ve así el mundo y mira todo en función de un proceso físico o químico. Pero a mí mucho no me agrada eso.
–No, a mí tampoco.
–El ejemplo claro es el de la “química del amor”: cuando nos enamoramos se desencadenan miles de reacciones en nuestro cuerpo. Se cree que el cerebro se inunda de feniletilamina que, entre otras cosas, desencadena neurotransmisores, dopamina; el cuerpo comienza a liberar más adrenalina, bueno, se disparan una serie de reacciones en cadena. Igual que cuando se tiene miedo: se acelera el corazón, se necesita más oxígeno.
–Parece que los químicos ven al cuerpo como un reactor.
–Eso lo dice usted, no yo...

Instante casual en que unos cuantos átomos se dispusieron en el espacio para la foto.

–Es cierto, lo digo yo. Cambiando de tema, o no tanto: ¿hay una tendencia en la naturaleza a la sencillez?
–No. Los organismos tienden a ser complejos. Obviamente, si uno compara un ser humano con una bacteria, la bacteria es un organismo simple. Pero al lado de un vaso de agua, la bacteria es supercompleja. Aunque también lo es el agua: tiene que tener cierto orden, estructura, forma, disposición en el espacio. Lo más importante es que las cosas son así por una cuestión de estabilidad. Todo tiende a ser lo más estable posible. Si uno tiene algo inestable, con el tiempo va a tender a estabilizarse. Lástima que no se aplique a la economía...
–Sí, es una lástima.
–Pero sí ocurre en los sistemas químicos. Además, está la tendencia de la naturaleza al desorden, es decir, la entropía. Volviendo a la complejidad: mientras uno habla o duerme hay millones de procesos que tienen que ocurrir al mismo tiempo, y que se tienen que autorregular, por ejemplo. O para comprender una imagen: suceden miles de procesos simultáneos.
–Me decía que la disposición de los átomos en el espacio es fundamental.
–Tome el caso del grafito de las minas del lápiz y los diamantes. Ambos están compuestos por átomos de carbono. Lo único en lo que difieren es en la manera en la que están distribuidos esos átomos de carbono.
–Bueno, no es lo único en lo que difieren: las minas de lápiz son baratas y los diamantes caros.
–Es cierto. Pero a los átomos eso mucho no les interesa.