jueves, junio 02, 2005

Tintas. Voy hacia el fuego..

Bitácora del Navegante. Tintas.


La muerte es una vida vivida.
La vida es una muerte que viene.
J. L. Borges.






Hembra Fénix,
autoregurgitada y conversa;
tu enroque semántico
cambió el nombre de la droga,
y encendió la necesidad
de consumirte de ahora en más,
como cielo y como al agua..
Voy a beber tu elixir fluído,
de la propia fuente:
de tus labios múltiples.
Voy a morder la causa del mal,
allende tu invisible lengua roja.
Lámpara bajo la mesa celeste:
Voy a colgar de tus palabras mudas;
pero cada vez que te expongas,
un Varón Buitre, inflamado,
te dirigirá su vuelo y,
entre las rocas,
como al mismo Prometeo,
a fuer de miradas mordidas,
te rasgará la piel,
te comerá las entrañas,
y te despojará del velo tinto
que guarda tu boca.




"...Ya no son palabras, sino realidad: la tierra ha temblado. Brama en sus entrañas el eco del trueno. Brilla el ardiente zig-zag del relámpago. Arremolinan el polvo los torbellinos. Salta entrechocándose el huracanado ímpetu de todos los vientos, desencadenando una conmoción de vendavales encontrados. Se han confundido el cielo y el mar."
Prometeo, Esquilo
"...Cada fénix es único; vive para él solo, y no está comprometido por esponsales. Viaja a la tierra de Egipto cada quinientos años, y lo ve el sacerdote a mucha altura sobre el ara, mientras llega de Oriente. Y cuando llega trae bajo las alas canela perfumada y otras especies; recoge madera, la amontona sobre el ara, se tumba de espaldas sobre la leña ardiente, y resulta quemado del todo y convertido en cenizas. Y de las cenizas sale un gusano, que crece hasta convertirse en un pajarillo, y al que le salen alas; al tercer día recupera su aspecto físico íntegro, y se transforma en un fénix completo y perfecto, como lo era antes. Entonces se pone en camino y vuela hacia la India, donde vivía antes."
Bestiario Medieval
"...pero castigó a Prometeo atándole con cadenas en un monte, no lejos del Cáucaso, entre Europa y Asia, para que el mundo entero viese el castigo, y dejándole a merced de un buitre que noche y día devoraba su hígado, que renacía eternamente."
Prometeo, Renaud
"...Su fin único que le concede la suerte de nacer otra vez de sí misma la hace feliz recurrir al pacto de Venus: la muerte es su Venus. Es en sí misma el ser y su descendencia, su propio padre y quien le hereda. Es su nodriza y su discípula. En verdad es el Fénix, es Él, pero no el mismo que fue. Es el que ha alcanzado la vida eterna por la muerte eterna."
De Ave Phoenice, Lactancio