jueves, noviembre 25, 2004

Tintas. Rezagos, II

Bitácora del Navegante. Tintas.

I.

No discuto la inocente manera
en que me entregué a tus manos.
Antes bien la celebro.

No me quejo de que permanezca oculto
el camino que me tienes preparado.
Bien sabes que lo acepto.

Pero Señor, con respeto, y devoción...
Será posible que me avises en las curvas de la vida
para no ser víctima de mi propia velocidad?

II.

Adoratrices de la Libertad.
Las gotas vuelan hoy, caen vertiginosas,
menos sutilmente que cuando ascendieron.

Llueve en tu ausencia.
Pensé que te habías llevado también el agua
de las grises nubes, despojándolas,
como robaste todo lo que fue tu nombre.
Yazmín? Yazmín...
Qué tesoros valen tus seis letras,
si no estás adentro, completándolas;
si no mueven tu cuerpo cuando las pronuncio,
y si tu alma inquieta, no les dá la vida...

Ascenderán las gotas del asfalto ardiente
al cielo. Y en el camino, el infierno,
en humedad y cuerpos dejarán ligado.

III.

EgoItsmo.

Ahora me doy cuenta
(lo escribo ahora, para no olvidarme...),
del error fatal desde el que no hay regreso,
el de extrañarte tanto, desde que te fuiste.

Acostumbrado a amarte,
un poco más, mejor, con cada amanecer,
se me invirtió en el alma ese sutíl proceso
y con cada luna, más, peor te extraño.

Se me escondió tu amor
que en algún lado lucha... se resiste
a que mi nostalgia me consuma entero,
por si algún día vuelves, para dejarte algo.

Ves? Nada más queda
que mi dolor en letras... las muy avaras!
se expanden rápido, inundando todo
con ausencia y miedo, con melancolía.

IV.

Que sí, por qué habría de estar mal?
Todo bien... Me alegro que estés bien!
Los versos... tristes? Natural...
Si son los mismos besos de siempre,
que hoy se estrellan contra un monitor,
y un par de caricias encerradas, abrazos vaciós,
todo en palabras de amor, pero espejadas.
Que no... igual... bueno si hay algo....
mis manos han vuelto a temblar,
como hace un año, como el maestro de Tom Hanks
que busca a Ryan aunque esté muerto o muera.
Pero se pasa bien... sí, de película.
No, bueno, no tanto...
Es que tampoco soy tan buen actor.