domingo, octubre 10, 2004

Tintas: Alabanza.

Bitácora del Navegante. Tintas.

El, que me da los instrumentos
y la instrucción
me convierte en instrumento.
Así puedo dar gracias
por cada uno de esos suaves pétalos,
de cada una de las flores perfumadas,
de cada uno de los coloridos ramilletes
que me escoltaron hoy en mi paseo.
Paseo, pasantía fugaz en lo Divino,
que me enseña la blancura de una garza
que vuela bajo tras una garza negra.
Una familia de teros.
Una comunidad volante de chajás.
Y un gorrioncito entre piedra y juncos.
Y el cielo siempre -hoy nublado-
Y el río siempre -hoy calmado-
Y siempre Verde, siempre Vida,
cómo la de esta arañita
que ahora cruza inocente mi mano
y camina en el papel, como leyendo;
y en un rincón espera luego,
la muy confiada...
Si supiera todo el daño que puedo hacerte,
te atreverías a acariciar esto que escribo,
con esas frágiles patitas?
La Vida es de colores y fragancias,
sabores, sonidos, panoramas.

Cuando las gracias que debo
-que siento que quiero dar-
superan las que puedo decir,
entonces descubro la diferencia
entre agradecerte y adorarte.