viernes, mayo 21, 2004

Bitácora del Navegante. Cánticos.

Desde las bodegas, los rudos marineros entonaban antiguas canciones de un tal Maná.

1.- Cachito

Tan sólo un adicto
Un adicto de tu sol
Y es que
Con sólo un cachito
Un pedacito de tu luz
Yo llegaría al cielo
O me caería al suelo
Por ti amor, tan sólo

Un cachito de tu corazón
Soy un adicto de tu corazón

Pedirle a mi cabeza
Que deje de pensar en ti
Es casi como pedirle
A mi corazón que deje de latir
más bien olvida eso
No no repitas eso
Te pido amor
Tan sólo

Un cachito de tu corazón
Soy un adicto de tu corazón

Veinteañita de mi corazón
Veinteañita de mi corazón


2.- Te solté la rienda

Se me acabó la fuerza
de mi mano izquierda
voy a dejarte el mundo para ti solita
Como al caballo blanco
le solté la rienda
a ti también te suelto
y te me vas ahorita
Y cuando al fin comprendas
que el amor bonito
lo tenías conmigo
Vas a extrañar mis besos
en los propios brazos
del que esté contigo
Vas a sentir que lloras
sin poder siquiera
derramar tu llanto
y has de querer mirarte
en mis ojos tristes
que quisiste tanto
que quisiste tanto
que quisiste tanto

Cuando se quiere a fuerza
rebasar la meta
y se ababandona todo
lo que se ha tenido
Como tú traes el alma
con la rienda suelta
a ti también te suelto
y te me vas ahorita
Y cuando al fin comprendas
que el amor bonito
lo tenías conmigo
Vas a extrañar mis besos
en los propios brazos
del que esté contigo
Vas a sentir que lloras
sin poder siquiera
derramar tu llanto
y has de querer mirarte
en mis ojos tristes
que quisiste tanto
que quisiste tanto
y que quieres tanto

Se me acabó la fuerza
y te solté la rienda