Bitácora del Navegante. Tierra a la vista.
Supe que te amaba.
Recordando aquellos besos
con que vestía tu desnudez,
te extrañaba, extrañado.
Y recordando el Océano me vi,
ya sin agallas, aleta, cola.
Me extraño, extrañado.
La Ausencia me ilumina y
como un Sol que descarna,
separa mi cuero, mi piel,
me vuelve desierto en la arena,
me abandona sediento en la sal.
Sol, de soledades, desolaciones!
Recuerdo sí, aquellos besos!,
que hoy no brotan de humedades;
ni son ellos, ni soy yo...
Y por más que pueda repetirlos,
si quisiera...
O que quiera superarlos,
si aún pudiera...
Aquellos mares infinitos
que me rompen en recuerdos,
y las cascadas de agua dulce
en que bebí hasta inundarme
de tu gracia... donde estarán
que ya no vuelven, ni se olvidan?
Y mi intento, en eso queda.
Y nada más.
En la presencia de tu ausencia,
en la luz de ésta, mi noche,
que da el nombre de un pasado
inaccesible.
Es el amor.
Es el amor que Fue.
lunes, mayo 17, 2004
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